Hoy os traemos una historia de lucha, de prueba de vida muy dura, la verdad es que me recuerda mucho a lo que me pasó a mí (es otra historia que un día contaré), pero de verdad que me quito el sombrero ante el coraje, y la valentia que tiene nuestra amiga Noemí, es mucho más valiente de lo que yo lo fuí en su día, porque a pesar de todo siguió para adelante, pero también es valiente el aceptar las cosas como nos vienen y el saber decir basta. La vida tiene muchas más cosas, infinitamente bellas si se sabe ver con los ojos del amor y de la verdad.
Hola a todas, me llamo Noemí y tengo 39 años. Llevo con SOP diagnosticado desde los 24. Quiero contaros un poco mi experiencia en este mundo del SOP y en el largo camino que hemos tenido mi marido y yo en el proceso de tener un bebé.
He de decir que desde los 24 años que me detectaron SOP, lo único que me dijeron los médicos, ginecólogo y endocrino, fue que tomase DIANE 35 para tener la regla todos los meses pero por más que yo insistí a mi médico cada vez que iba a por recetas en que me hiciera analíticas o a preguntar si tenía que descansar algún tiempo, me decían que si yo me encontraba bien, no hacía falta. No soy médico, no voy a querer saber más que ellos, pero creo que parte de la culpa de no poder quedarme embarazada es de ellos, por no haber tenido conmigo un buen seguimiento. Creo que el DIANE 35 a la larga, casi 10 años tomándolo sin parar, me ha hecho más daño que bien. Insistid mucho con los médicos y sed pesadas. Cuanto más sé de esta enfermedad, más siento que me podrían haber tratado de manera distinta.
Dicho esto, espero que mi historia os ayude a alguna.
Me case con la persona más maravillosa del mundo el febrero del 2008 y teníamos muy claro que queríamos hijos y no pusimos medios para prevenir el embarazo en ningún momento.
En febrero de 2009, después de un año intentándolo fui al médico de cabecera para que me mandara al ginecólogo para ver qué pasaba.
Me apuntaron a la lista de espera para Reproducción en el Hospital de Alcalá de Henares pero ya me avisaron que tardarían entre año y medio o dos años en llamarme. Para mi ginecóloga este tema pasó a un segundo plano cuando me descubrieron en el mismo mes una displasia cervical de grado 1. Eso era lo importante ahora y lo que tenía que curar antes de meterme en un programa de fertilidad. Gracias a Dios, desapareció sola al año y medio justo.
Mientras esperaba a que me llamaran del hospital, me apunté a ADESLAS y estuve con un ginecólogo que me hizo muchas pruebas, análisis, espermiograma, ecografías, histerosalpingografía etc…hice 4 ciclos de OMIFIN con él pero con resultados negativos. Es cuando me derivó a una colega suya especialista en reproducción. No llegué a ir porque el seguro con ADESLAS era el más básico y no tenía dinero suficiente para meterme en un tratamiento de fertilidad por lo privado, pero al menos, cuando me llamaran de Alcalá de Henares, ya tendría adelantado parte de las pruebas.
El Junio del 2010 recibí la esperada llamada del hospital para que fuese a mi primera cita. Qué emoción y felicidad, estábamos pletóricos.
En julio fuimos a la primera cita. Lo primero que me hicieron fue medirme y pesarme. Al entrar a la consulta, la doctora me dejó muy clarito que o perdía peso o no me hacían ningún tratamiento. Me derivo al endocrino y empezamos con las primeras analíticas. He de decir que tanto mi marido y yo salimos un poco alucinados con lo bordes que eran todos, desde las enfermeras hasta los médicos.
Me puse en manos del endocrino, el mismo que 10 o 12 años antes me había dicho que sólo tomara DIANE 35 para el SOP. Cosas de la vida, el mundo es un pañuelo. Empecé con la dieta y en cuestión de 6 o 7 meses bajé 15 kilos.
Nos plantamos en Enero del 2011 con más análisis. Febrero seguimos igual y me dieron más citas para ecografías en Marzo. El 22/03/2011 llegaron los primeros pinchazos de PUREGON, 50 UI cada día a la misma hora. Estuve 5 días pinchándome y me hicieron la primera eco el 28/03, una segunda el 29/03. Ya estaba preparada. Un día más con PUREGON, Ovitrelle 24 horas antes y por fin el 01/04/2011 primera inseminación artificial.
Dos semanas después tenía la analítica para ver si había resultado positiva pero el mismo día que me la hice, me bajó la regla por la noche. A prepararse para la segunda.
En resumen, la segunda fue el 15/06/2011 y la tercera el 13/07/2011.
Cada día que tenía que ir a la consulta, la noche anterior estaba atacada de los nervios, me producía una sensación muy rara. Ya he comentado que no eran muy agradables y tenía miedo de su reacción al atenderme. Ir a consulta se estaba convirtiendo en un suplicio en vez de una alegría.
Después de la tercera IA, mi marido y yo nos hicimos una escapadita de cuatro días a Roma. Nos lo pasamos genial pero, físicamente, yo no me encontraba bien. Sentía como una presión en el pecho, las piernas muy cansadas, un hormigueo constante en el estómago…me sentía muy rara, pero no entendía por qué. No soy una persona hipocondríaca ni nada por el estilo, pero era una sensación que no controlaba y no me gustaba. Estando en Roma me bajó la regla por lo que esa sensación rara que tenía quedaba descartada por el embarazo. Volvimos y seguía igual.
Los nervios empezaban a jugarnos malas pasadas.
En agosto, a mi marido le dio una parálisis facial de grado dos. Nos asustamos bastante y estuvo casi dos meses sin poder mover bien la mitad de la cara. Eso fue el 08/08/2011.
Dos días después, estaba en casa preparándome para ir a trabajar. Después de ducharme empecé a sentirme muy mal. Creí por los síntomas que era una bajada de azúcar (hipoglucemia característica de las mujeres con SOP) pero me encontraba fatal. Me temblaba el cuerpo, no podía mantenerme en pie…muy mal, muchas cosas que no me había pasado nunca. Llamé a mis padres y les dije que me vinieran a buscar a casa que estaba muriéndome. De verdad que era una sensación tan mala y desconocida que pensé que me moría.
Me llevaron al médico de urgencias y la doctora después de verme y saber mi historial me diagnostico una crisis de ansiedad muy grande, seguramente producida por los chutes de hormonas y la decepción de tres negativos seguidos. Me dio la baja unos días y me recetó LEXATIN, tres capsulas diarias…fui bajando la dosis poco a poco según pasaban los días. Empecé a encontrarme mejor pero decidí dejar de lado un poco el tratamiento hasta encontrarme algo con fuerzas.
Hasta que no pasas por una crisis de ansiedad, no puedes entender que es lo que se siente. La gente de tu entorno intenta darte ánimos de la mejor manera que saben. Llevaba fatal la frase de “bueno, pues si no tenéis hijos, no pasa nada”. Precisamente te lo dicen personas que los tienen y no han pasado por lo que tú estás pasando. Cómo se pueden permitir el lujo de decir cosas así? A veces, cuando no tienes nada bueno o positivo para decir, es mejor no decir nada.
Nos fuimos de vacaciones, desconectamos unos meses y en Noviembre de 2011, tuvimos nuestra última IA. Resultado negativo. Cambio de tratamiento a FIV y con el, cambio de año…adiós 2011, bienvenido 2012.
Tuve la primera cita para la FIV en Marzo del 2012. Hay analíticas que te las repiten cada seis meses. En Junio empecé a pincharme PUREGON, 150 UI al día. En cinco días estaba preparada para la punción. Me la hicieron el 22 de junio.
En este hospital y me imagino que en el resto de los hospitales que hacen este tratamiento en la comunidad de Madrid y por la seguridad social, cuando llegas a la punción, vas en ayunas, te dan un vasito con un chute de Nolotil que te lo tienes que tomar de un trago y a esperar tu turno. Entras en una de las salas de consulta, te desnudas de cintura para abajo y te sientan en un sillón. Te piden que te relajes porque te van a dar unos pinchazos de anestesia para que no te duela tanto. Cada vez que te pinchan te piden que tosas para que no lo notes tanto. Al rato preparan la cánula etc…y empiezan con la extracción. Esta primera vez la doctora estuvo hablando conmigo todo el tiempo, preguntándome cosas para que no pensara en lo que me estaban haciendo. Fue un poco molesto pero llevadero. Luego te pasan a una sala aparte donde ya puedes desayunar y estás con tu marido. Me sacaron 16 óvulos pero sólo tres eran viables para fecundar. El 25 de junio me hicieron la transferencia de dos embriones.
El 6 de julio tenía los análisis y el día 12 los resultados de la beta. No me hizo falta llegar a resultados porque el mismo día 8 me bajó la regla. Hay que pasar unos meses de descanso hasta poder pasar por la segunda FIV.
El 25 de octubre fue la primera cita para la segunda FIV. Empecé a pincharme, esta vez GONAL el día 5 de noviembre, el mismo día de mi cumpleaños, 150 UI. Así estuve 8 días, con GONAL y CETROTIDE. En este ciclo, no me pude pinchar yo sola ni un solo día, mi marido me pinchaba. Los nervios volvían a jugarnos malas pasadas y algo tan sencillo como había sido poder ponerme el tratamiento, se había convertido en algo imposible de hacer. El día 13 me hicieron la punción.
Para el que no lo sepa, el hospital de Alcalá de Henares es un hospital universitario y los estudiantes hacen prácticas allí. Ese día tocaba. La doctora (otra distinta a la primera FIV) me pidió permiso para que estuviesen presentes. No me quise negar porque me parece que no es correcto…cada uno es libre de hacer lo que quiera en esta situación. Ese día estábamos en una sala más pequeña que mi salón de casa las siguientes personas: la doctora, una enfermera recogiendo los tubos de la aspiración de óvulos, otra enfermera pasando a laboratorio los tubitos, las dos estudiantes, otra enfermera hablando conmigo a la cabecera de la camilla y en un momento en concreto, dos enfermeras más de otra planta haciendo preguntas la doctora que me estaba haciendo la extracción…total, nueve personas conmigo!!! De locos. De repente, la doctora pide ayuda porque cada vez que metía la cánula, se desplazaba un poco el ovario y no podía pinchar los folículos, por lo que otra enfermera, se puso al otro lado a apretarme la tripa para intentar que no se moviera el ovario y poder pincharme. Estaba deseando que todo acabara…no podía mas.
Me acompañaron a la sala de descanso y me puse a llorar del dolor que tenía y una enfermera me trajo hielo para que me lo pusiera en la tripa…hielo que compartí con la otra chica que entró antes que yo y que se encontraba en la misma situación, con unos dolores horribles.
A todo esto, mi marido estaba desaparecido. Dos veces se presentó la del laboratorio en la sala de descanso preguntando por él porque no había entregado su muestra y la necesitaba. Le llamé y estaba tan nervioso que no podía sacar su muestra, vino a verme a la sala de descanso llorando y me dijo que se iba a casa a ver si allí podía.
Si habéis seguido un poco el hilo de mi historia y las fechas, desde la primera IA hasta la segunda FIV, han pasado casi dos años. Tiempo suficiente para minar a cualquier persona normal. Es un desgaste físico y psicológico muy duro que tarde o temprano pasa factura.
En esta segunda extracción me sacaron 13 óvulos pero sólo tres viables para fecundar. Estuve de baja toda la semana porque no me podía ni mover de la cama de los dolores que tenía. Me hicieron la transferencia de embriones dos días después y esta vez no llegué ni a hacerme los análisis porque me bajó la regla antes.
Ese día toqué fondo y es cuando decidí que ya lo había intentado y que no podía volver a pasar por esto otra vez. Mi marido también pensaba lo mismo y no fui al hospital, no se si el embrión que no me implantaron y que pensaban congelar estaría bien para implantar…no quise saber nada más. Siempre tuve claro que para mi bien emocional y físico tenía que ponerme un fin y este fue el día.
Lo he pasado muy mal. No ha sido una experiencia bonita en ningún sentido. No puedo buscar nada positivo que decir. No tengo nada bueno que decir de los profesionales que me han tratado y que no dudo que lo sean porque sé de primera mano que funciona, tengo tres amigas cercanas que han tenido sus hijos con ellos, una de ellas mellizos, pero personalmente, dejan mucho que desear en otros sentidos.
A veces me planteo probar de nuevo por una clínica privada pero me da miedo volver a pasar por todo lo que os he contado.
De momento sigo feliz con mi marido, que ha estado a mi lado en todo momento, mi vida está completa sin hijos y así es como debo aceptarla. He tardado casi un año en dejar por completo el Lexatin y Lorazepan que he tenido que tomar por la ansiedad…pero cada vez me encuentro mejor.
Esta es mi historia. No quiero que la leáis como un fracaso tras fracaso, sino como la prueba de que a pesar de que en mi vida no tengo todo lo que me hubiese gustado, si que tengo todo lo necesario y de más para ser la mujer más feliz del mundo. Que me ha tocado pasar por pruebas porque de ellas sales más fortalecido. Que no puedo convertir un deseo en una obsesión, que hay que luchar por lo que quieres pero también tienes que aceptar que puede haber derrotas…pero ante todo, soy mujer, soy fuerte, valiente, esposa, hija, hermana, tía, amiga y muchas otras cosas más que me hacen ser la persona que soy.